La segunda localidad más poblada de España tiene un corazón cosmopolita y los pies… ¡a la orilla de la playa! Barcelona es una ciudad moderna, en la que se puede disfrutar tanto de su casco histórico medieval, repleto de bares de moda, como de su arquitectura modernista, con las torres de la Sagrada Familia arañando el cielo. La huella de Antoni Gaudí no se limita a este templo inacabado, sino que puede disfrutarse también en lugares tan emblemáticos como el Parque Güell: para muchos, un espacio inspirado en el cuento de Hänsel y Gretel, por su colorido y fantasía.
Tradición y vanguardia se aúnan en la capital de Euskadi: los sinuosos volúmenes de piedra caliza del Museo Guggenheim, cubiertos de sus características placas de titanio, cambiaron la imagen de esta ciudad, que conserva construcciones antiguas como el edificio de la Bolsa, del siglo XV, y el Teatro Arriaga, del siglo XIX. Lo mismo ocurre en sus cocinas: la inmejorable materia prima del norte de España sirve de base a las cocinas más vanguardistas y a los típicos bares de pinchos, donde cada bocado se marida con un vino de la tierra.
Tradición y vanguardia se aúnan en la capital de Euskadi: los sinuosos volúmenes de piedra caliza del Museo Guggenheim, cubiertos de sus características placas de titanio, cambiaron la imagen de esta ciudad, que conserva construcciones antiguas como el edificio de la Bolsa, del siglo XV, y el Teatro Arriaga, del siglo XIX. Lo mismo ocurre en sus cocinas: la inmejorable materia prima del norte de España sirve de base a las cocinas más vanguardistas y a los típicos bares de pinchos, donde cada bocado se marida con un vino de la tierra.
Conocida como la ciudad de las tres culturas, debido a la convivencia pacífica durante siglos de cristianos, musulmanes y judíos, conserva una impactante imagen de ciudad medieval. Pasear por sus calles es como si se hubiera parado el tiempo: con sus torreones y murallas, sus calles conservan la prestancia de la que fuera capital del Imperio español durante el reinado de Carlos I. Su Catedral está considerada uno de los máximos exponentes del gótico español.
Una vez cruzado su imponente acueducto romano de 28 metros de altura, Segovia ofrece lugares curiosos, como la Casa de los Picos, llamada así por la decoración de su fachada con 617 picos de granito. Su Catedral, del siglo XVI, es punto de encuentro de cigüeñas, así que no hay que sorprenderse si se escucha su continuo crotoreo. No se debe dejar de ver la antigua Sinagoga Mayor, ahora convento, muestra arquitectónica de la riqueza cultural de la ciudad. Si paras a comer algo, es obligatorio probar el típico cochinillo asado.
Segovia offers abundant curiosities to anybody who crosses its imposing 28 meter high Roman aqueduct. Start with the Casa de los Picos and its grand façade complete with 617 granite spikes, before flocking to the 16th century cathedral on top of which storks like to congregate. Next stop should be the ancient Major Synagogue (now a convent) that conveys the city’s rich culture in architectural form. And we wouldn’t be surprised if you’re feeling peckish after all that; Segovia’s traditional roasted piglet always does the trick.
Su Plaza Mayor, del siglo XVIII, se ha convertido en una de las imágenes más conocidas de España. Más interesantes, si cabe, son la mezcla de estilos –gótico, renacentista y barroco- de su Catedral y la pintoresca Casa de las Conchas, con su fachada decorada con más de 300 figuras en forma de caparazón. Pero, para fachadas importantes, la de la Catedral. No te olvides de buscar en ella la rana oculta entre su rica ornamentación: según la leyenda, si la encuentras terminarás tus estudios con éxito y te casarás.
Avisos