Las cúpulas doradas y blancas y los campanarios de la catedral se diseñaron para que fuera la primera imagen de Cádiz que se encontrara el visitante, llegara desde donde llegara. En este sentido, Cádiz no ha cambiado: tu mirada se dirigirá de manera natural a la parte más alta de la catedral mientras contemplas el perfil de la ciudad en la distancia. Su intrincado diseño barroco y su elegante fachada impresionan más y más conforme uno se acerca a este templo.

Construida en el siglo XVIII, esta famosa torre-vigia de 45 metros de altura se construyó para ahuyentar a los invasores que hostigaban a la ciudad por mar. Actualmente la Torre Tavira mantiene su popularidad, y los visitantes pueden disfrutar de unas vistas increibles en 360º de Cádiz gracias a unos prismáticos giratorios situados en su parte más alta.

Esta fortificación pentagonal se edificó en el siglo XVII con un propósito defensivo, dada la propensión de los navíos británicos y holandeses a atacar Cádiz y hacerse con sus riquezas. Actualmente, el Castillo de Santa Catalina sigue siendo un enclave sorprendente, aunque ahora se usa de otra manera: acoge eventos culturales y funciona como una galería de arte moderno durante todo el año.

Un corto viaje desde Cádiz hasta El Puerto de Santa María, en la desembocadura del río Guadalete, nos permitirá conocer la parte más meridional del “triángulo del Jerez”, donde se producen los mejores vinos de la region, y pasar un día en este pueblo siempre es una delicia. Algunos de los puntos de interés más populares de esta localidad son el Castillo de San Marcos, la plaza de toros, el Monasterio de la Victoria y la Iglesia Mayor Prioral.

¡Y esto no es todo! Cádiz cuenta con un amplio abanico de atracciones turísticas: ruinas romanas, museos, palacios, recintos fortificados, castillos e Iglesias.